York es un sitio espectacular. Pero sus alrededores no los son menos. Y lo que se esconde entre las montañas de North York Moors aún más.
Hay una innumerable cantidad de castillos, abadías y lugares históricos para visitar. El viaje que hicimos y el que yo te propongo es para ver lo mejor de la zona en un fin de semana.
Todo está bastante cerca.
Así que nos dirigimos a estas tierras entre York y Scarborough.
El primer día lo reservamos para ver las ruinas más espectaculares: el castillo de Helmsley y las abadías de Byland y Rievaulx.
El domingo, más relajados, lo dedicamos para pasar el día en la impresionante casona Nunnington Hall y que nuestro perro Beltza disfrutase de sus jardines.
¡Sí!, por cierto, en este plan los perros están incluidos. No dejes a tu amigo peludo en casa.
¿Vamos a por ello?
Abadía de Byland
La Abadía de Byland o Byland Abbey puede parecer otra abadía más entre todas las que hay en la zona.
Bueno, a decir verdad, lo es. No destaca por ser la más grande o la mejor conservada. pero sus monjes se han ganado un hueco en la historia por ser enemigos de todos sus vecinos. Increíble.
Ya que estábamos por la zona decidimos visitarla.
La entrada cuestra £5.40 (precio 2017). Pero si teneís el pase de English Heritage está incluido.
Si vais a hacer más de 3 visitas a cualquier monumento de English Heritage o National Trust en un año, es mejor adquirir el bono o hacerse miembro.
Hay un pequeño parking gratuito justo enfrente de la entrada. para unos 3 o 4 coches. No te preocupes, no va a haber mucha gente visitándola.
Lo más impresionante de la Abadía es el medio rosetón que queda. Completo, con los cristales debía haber sido algo difícil de olvidar.
Unos arcos románicos y una fachada con varias ventanas harán las delicias de historiadores y arquitectos.
En la parte de abajo del recinto disponemos de una pequeña sala de exposiciones con lo que se ha ido encontrando en excavaciones.
Realmente, no merecería desplazarse desde York para ver la Abadía de Byland, pero como estamos por la zona se puede aprovechar el viaje.
Pero claro, es mejor visitar esta abadía antes que la de Rievaulx. Después, la pobre abadía de Byland no podría compararse con la imponente Rievaulx.
Ahora sí. A unos 15 minutos en coche por preciosos parajes naturales y campos con ovejas se llega a la Abadía de Rievaulx.
La abadía de Rievaulx y la terraza
No podéis haceros una idea de lo grande que es hasta que estás dentro.
Mientras preparábamos el viaje, siempre pensamos que la abadía de Rievaulx iba a ser el plato fuerte del día. Y no defraudó.
De hecho, le dedicamos un post entero a todo el valle de Rievaulx.
Pero, antes de nada, visitamos la terraza de Rievaulx o Rievaulx Terrace. Son 2 pequeños templos en lo alto de la montaña de donde disfrutaréis de unas impresionantes vistas a la Abadía.
El parking es gratuito, si vais en coche. La entrada cuesta £5.40 (precio 2017). Pero está incluido si tenéis el pase de National Trust.
Los templos están separados entre ellos unos 700 metros. Es un paseo agradable con asientos en el camino.
Puede ser un buen sitio para comer algo, descansar y coger fuerzas. No hay cafetería, pero podéis comprar refrescos o cafés en la entrada. En la pequeña tienda de recuerdos.
Volviendo al camino, el templo más lejano no permite la entrada a personas por la fragilidad del suelo. Pero no hay problema para ver el interior por las ventanas.
Fíjate en el techo, es lo más espectacular de la construcción.
Como la foto era imposible, os pongo una del reflejo de este en el cristal.
El otro templo es más espectacular. No está abierto siempre. En la entrada o su página web os informarán de las aperturas que depende mucho del día.
Os pedirán quitaros los zapatos para entrar y no manchar las alfombras. Todo lo que hay dentro es original de la época georgiana.
El fresco del techo es impresionante.
Dejando atrás la Terraza nos dirigimos a la Abadía.
La Abadía dispone de un parking propio. Hay que pagar 4 libras, pero tranquilos, ese dinero te lo descuentan de las entradas. El parquímetro te va a dar 2 papeles, deja uno en el coche y el otro lo entregas a la entrada.
En cualquier caso, muchas personas dejan el coche en la Terraza y bajan andando. La distancia entre ellas se cubre fácilmente en unos 15 minutos.
La entrada a la abadía y a su museo cuesta £8.50 (precio 2017). Pero como en los casos anteriores, será gratuíta si disponeís del pase de English Heritage.
Dentro del edificio principal de la entrada a la abadía vas a encontrar una cafetería con terraza exterior y la tienda de recuerdos.
Una vez dentro las ruinas impresionan. Son un laberinto, a nosotros nos costó salir de uno de los edificios.
Pero lo más espectacular son los restos de lo que sería la catedral. Debía de haber sido espectacular ver las vidrieras y la claridad que hubiese entrado por ellas.
Podéis dar vueltas por los restos leyendo la historia en los carteles a lo largo del recinto.
Después, como fin de visita, no olvidéis visitar el museo en un edificio adyacente. Dentro vais a poder ver materiales que se han ido recuperando de las excavaciones durante este tiempo.
Castillo de Helmsley
Para terminar el día, nada mejor que un bonito pueblo inglés. Y si encima tiene monumentos históricos y buena comida mejor.
A unos 3 minutos de la abadía nos encontramos con Helmsley, que cumple todos los requisitos. Ya hablamos de él en otro post.
De hecho, hay un recorrido a pie desde la Abadía al pueblo para el que se anime. Recuerdo que eran unos 4 kilómetros entre bosques y granjas.
Pero nosotros dejamos el coche en el parking del castillo de Helmsley y nos adentramos a este.
La verdad que es uno de los castillos mejor conservados de los que he estado en Inglaterra.
La entrada cuesta £6.20 (precio 2017). Aunque en este punto ya esperas que te diga «si tienes el pase de English Heritage no pagas». Si es que merece la pena tenerlo…
Bordeamos el castillo por el foso para entrar por la puerta principal. 3 figuras nos saludarán mientras guardan el castillo.
Dentro pudimos disfrutar de varios edificios. En la parte baja de uno de ellos se encuentra el museo con las piezas que se han encontrado en él y algunas armas. Como una larga pica sujetada por un soldado.
Ya se hacía tarde. Había que buscar algo para ir cenando. Nos dirigimos andando al centro del pueblo hacía la plaza principal.
Ahí podríamos encontrar una innumerable cantidad de restaurantes y pubs de todo tipo y para todos los bolsillos.
Nosotros nos decantamos por el Royal Oak, Beltza también pudo entrar sin problemas.
¿Por qué nos decimos por este?
Bueno, era un pub inglés con ¡un horno de leña para hacer pizzas! ¿Cerveza inglesa y una buena pizza recién hecha? La elección era sencilla 🙂
Después de cenar, nos fuimos para nuestro alojamiento en The George & Dragon en Kirkbymoorside. Lo más barato que encontramos por la zona, sin movernos mucho, y con unas opiniones excelentes.
Y a descansar para prepararnos para la visita de Nunnington Hall.
Nunnington Hall
Dejamos para el último día la atracción estrella del viaje. Estaba a 10 minutos de donde dormimos. No hubo que madrugar tanto porque abre a las 10.30.
Nunnington Hall es una casa Victoriana que conserva su decoración y muebles completamente. Nuestro recorrido por ella lo explicamos con más detalle en otro post.
Pero es que sus jardines también son espectaculares. Cerca de la casa pasa un rio con 2 puentes que llevan al parking gratuito.
Los perros no pueden entrar en la casa, pero son bienvenidos en el jardín o en la terraza de la cafetería. Beltza disfruto mucho del jardín y fue la primera vez que veía pavos reales.
De hecho, había más de un perro acompañando a sus amos a la visita.
La visita a los jardines es gratis pero la entrada a la casa cuesta £8.50 (precio 2017). Pero está incluido con el pase de National Trust.
La casa dispone de una cantidad asombrosa de habitaciones. Y claro… cada habitación dispone de su propia historia. De su propio dueño.
En la parte de arriba de la casa se realizan exposiciones de pinturas o fotografías.
Pero lo que más puede llamar la atención es el museo de casas de muñecas que se encuentra en la buhardilla. Pensar que todo eso se ha hecho a mano…
Nunnington Hall es uno de esos lugares que te absorben mientras el tiempo pasa a tu alrededor.
La visita de la casa, los jardines, tomar un café en la terraza, comer un tentempié en las mesas del jardín. Puede ser un lugar idóneo para pasar un día completo.
Nosotros lo hicimos y así terminamos el día.
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Salida
El norte de York es un lugar con mucha historia, reyes, vikingos, batallas… en la zona hubo de todo. Y eso se nota en los lugares históricos que han quedado.
Si estás por las ciudades de los alrededores, bien merece la pena acercarse a visitar alguno de los sitios que os he comentado.
¡Ya nos contaréis!